La fruta fresca es uno de los alimentos más ricos y sanos que podemos consumir. S u alto contenido en agua, al igual que su bajo contenido en grasas, les hace el alimento perfecto para la mayor parte de las personas. Aunque su ingesta sea mayor durante los meses de verano que en invierno, ya que se trata de un alimento muy refrescante para los días de calor, es cierto que hay personas la comen siempre y cuando la haya en el mercado. Por ello, es necesario saber ciertas cosas en lo que a la conservación de la fruta fresca se refiere. Es necesario conocerlos para, así, poder tener nuestra fruta en las mejores condiciones posibles para cuando queramos comerla.
5 trucos para conservar la fruta fresca
Antes de empezar a explicar cómo conservar la fruta fresca, hay que tener en cuenta que no todas las variedades de fruta necesitan la misma conservación. Por lo tanto, será recomendable que se sigan aquellas recomendaciones que sean más aptas para el tipo de fruta que compramos para nuestra casa.
1. No lavar. Muchas veces, por higiene, lavamos la fruta cuando llega a nuestra casa para limpiar los restos de tierra o porque pensamos que ha sido tocada por demasiadas personas en la frutería. Sea por la razón que sea, la verdad es que lavar la fruta antes de meterla a la nevera es un error. Si la pasas previamente por agua corres el riesgo de que la fruta se estropee antes de lo que debería ya que el lavado acelera el proceso de descomposición. Para ello, lo correcto sería limpiarla antes de ser consumida, así la conservación de la fruta fresca será mejor.
2. La nevera no siempre es necesaria. Se puede tener, en muchas ocasiones, la idea errónea de que la fruta se conserva más fresca si se tiene guardada en la nevera. Pero no es así. Todo dependerá de la temperatura ambiente. Sí que ésta puede ser una buena idea en los días calurosos de verano, pero si vivimos en un lugar en el que el calor no es tan fuerte o estamos en otras épocas del año, no será necesario. Para mantener la fruta fresca en esto casos bastará con dejarla en un lugar fresco y seco donde se conservará en óptimas condiciones.
3. Utilizar la parte baja de la nevera. Dependiendo en qué lugar de la nevera coloques la fruta, la temperatura variará. Es decir, la parte superior de ésta siempre está más fría que la parte inferior. Por lo tanto, es recomendable que la fruta sea conservada en la parte de abajo. De ahí que, normalmente, las neveras vengan provistas de cajones en este lugar. Cuanto más frío reciba la fruta, más sabor perderá. Por esto la importancia de saber dónde ubicarla.
4. No guardar toda la fruta junta. Es posible que, ya sea por comodidad o por falta de espacio, que se opte por guardar toda la fruta junta en el mismo cajón de la nevera o en el mismo frutero fuera de ésta. Cada fruta es distinta y, por lo tanto, su conservación también debería estar diferenciada. Hay frutas que se estropean antes que otras al tener un proceso de maduración más rápido. Por lo tanto, si no se tiene en cuenta este aspecto, cuando una fruta se estropee puede acaban estropeando el resto si no están separadas correctamente. Esto también puede ocurrir con fruta del mismo tipo dependiendo de cuándo la hayamos comprado. Por ello, deberás estar atento a que no haya ninguna estropeada para que no eche a perder al resto.
5. Congelar. Cuando se opta por congelar una fruta puede haber muchas razones. En primer lugar, puede ser porque tenemos una gran cantidad de fruta que no vamos a poder comer en su totalidad antes de que se estropee. Por ello, deberás congelar toda aquella fruta que consideres que vaya a estropearse antes de ser comida. Otra circunstancia que puede darse para decantarse por esta opción es que te vayas unos días fuera y dejes fruta que, para cuando vuelvas, ya se ha perdido. Tanto en un caso como en otro, la fruta no requiere de una preparación previa para su conservación al ser congelada, al igual que puede ser tanto en piezas enteras como en porciones. Bastará con sacarla cuando la quieras comer para tener la fruta fresca.