Las remolachas tienen muchos beneficios para el organismo y además de aportar color a los platos, también aportan grandes nutrientes. Aunque para muchas personas, cocinar la remolacha puede ser intimidante y prefieren optar por otros ingredientes. Si te gusta la remolacha pero no sabes cómo es mejor cocinarla, entonces no te pierdas lo que te vamos a contar en Bekia Cocina en las siguientes líneas.
Las remolachas como alimento dulce
Las remolachas dan un toque dulce a cualquier plato y están llenas de antioxidantes y nutrientes como folato, manganeso y potasio. Sin embargo, son muchos los cocineros que cómo se puede cocinar la remolacha cuando está cruda... y es posible.
Las remolachas frescas y crudas se pueden cocinar con unas técnicas de lo más simples. Puedes cocinar las remolachas al horno, a fuego, cocinarlas para ensalada o para cualquier otro plato que quieras añadir este delicioso ingrediente. Además, con esta pequeña guía también podrás encontrar la inspiración para poder saborear la remolacha en otras formas a las que probablemente, estés acostumbrado/a.
Cómo preparar la remolacha
Preparar unas remolachas frescas es mucho más fácil de lo que te puedas imaginar ahora mismo. Desde las remolachas doradas hasta las rojas pasando por cualquier otra variedad, son verduras con un bonito color y sobre todo, sabor. Puedes crear ligeras ensaladas hasta deliciosas recetas calientes. Pero, ¿cómo prepararlas? No pierdas detalle:
1. Primero recorta las hojas y los tallos de la remolacha y guárdalos envueltos en una toalla de papel en la nevera para usarlos más adelante. Las remolachas es un buen sustituto de las espinacas o de la rúcula.
2. Corta la raíz hasta el fondo de la remolacha.
3. Frota la piel con un cepillo y limpia la remolacha para quitar la posible suciedad.
Cómo cocinar la remolacha
Una vez que tienes preparadas la remolachas, deberás preguntarte cómo se deben cocinar. A continuación vas a encontrar algunas opciones de cómo cocinarlas para que puedas degustarlas de la forma que más te guste. Solo tienes que tener en cuenta que del tamaño y la densidad de las remolachas que tengas a mano, por lo que es posible que debas cocinarlas un poco más si son bastante grandes. Solo prueba un punto de cocción en el que un cuchillo afilado pueda penetrar fácilmente dentro de la remolacha... lo ideal es que esté tierna pero no demasiado suave.
Remolacha asada
El asado es una de las mejores formas para cocinar la remolacha porque se crea una textura rica y densa con un sabor concentrado que te encantará. Cómo asar una remolacha:
- Precalienta el horno a 400ºC
- Cubre una bandeja para hornear con papel vegetal para horno.
- Rocía las mitades de la remolacha con aceite de oliva, sal y pimienta.
- Unta las remolachas en la sartén y permite que se tuesten durante 45 minutos hasta que puedas meter el tenedor y notes que están tiernas por dentro.
- Deja que las remolachas se engríen en el papel de aluminio y quita las pieles con un trapo viejo o con papel de cocina ya que mancha.
Si quieres que tengan un sabor más profundo solo tendrás que ponerlas a asar más tiempo mientras están envueltas las mitades de la remolacha (de forma individual) en papel de aluminio y después tuesta durante 60 minutos en una sartén preparada para ello.
Remolachas al vapor
Las remolachas al vapor conservan sus color y su sabor. Además es la forma más rápida de cocinarlas, en tan solo 15 minutos las tienes listas. ¿Cómo hacerlo?
-Corta las remolachas en trozos más pequeños
-Coloca la canasta para cocinar al vapor en agua hirviendo
-Déjalo al vapor durante 15 minutos o hasta que esté tierna
-Elimina la piel con cuidado de no mancharte
Remolacha hervida
La remolacha hervida es perfecta para tomarla en una dieta de adelgazamiento. Solo tendrás que:
- Colocar las remolachas enteras en una olla mediana o grande que cubra el agua por encima de las remolachas unos dos dedos.
- Lleva el agua a ebullición y cocina las remolachas a fuego lento, tapadas durante 45 minutos.
- Retira las remolachas a medida que se van haciendo e inmediatamente tendrás que sumergirlas en agua con hielo para que sea más fácil quitarle las pieles.