Enseñar a los niños pequeños a tener una alimentación sana y variada es uno de los pilares básicos más importantes sobre los que se cimentará su vida futura. Si tienes hijos o tratas diariamente con niños, sabrás que a veces es bastante difícil intentar enseñarles que algo es bueno cuando estos lo rechazan porque no les convence o no les agrada. En el tema de la nutrición pasa lo mismo, y más cuando la sociedad en la que vivimos alienta a consumir alimentos ultra procesados repletos de sustancias adictivas.
A partir del año, cuando el niño ya ha desarrollado la capacidad de morder y masticar con sus dientes de leche, puede que te sorprenda poniendo mala cara ante ciertos platos y alimentos e incluso rechazándolos. Por norma general, los niños suelen mostrar desprecio por las verduras y los vegetales, aunque esto depende de cómo estén cocinados y/o preparados. Estos alimentos, a pesar de no ser plato de buen gusto para los más pequeños, son esenciales en su dieta por su alto contenido en minerales, vitaminas y antioxidantes.
Un verdadero quebradero de cabeza para muchos padres es intentar convencer a sus hijos de que las verduras también hay que comerlas, al igual que el resto de alimentos, para poder crecer sanos y fuertes. Ante la negatividad, es importante desarrollar estrategias y trucos que permitan incorporar poco a poco las verduras en la alimentación diaria de los niños. A continuación, Bekia te detalla una serie de ideas que puedes poner en práctica si quieres implementar las verduras en los platos de tus pequeños, aunque siempre teniendo en cuenta que nunca hay que forzarles y que tú también has de ser un ejemplo para ellos.
Primero de todo, crea un hábito
Antes de empezar a hacer auténticas maniobras en la cocina, intenta inculcarle a tu hijo un buen hábito dentro de la alimentación. Es importante que ya desde pequeño le incorpores en sus comidas diarias varias piezas de fruta y verdura, ya sea de forma sólida o en forma de puré. El objetivo de esto es ir acostumbrándolo poco a poco a los nuevos sabores para que así en un futuro no tenga que enfrentarse a ellos de golpe.
Otro consejo que puedes llevar a la práctica es que la familia al completo, coma también lo mismo que el niño. Esto no solo hará que tu hijo os tome a vosotros como ejemplo, sino que verá las verduras y los vegetales como algo que también os gusta y que es cosa de adultos. El objetivo de esta medida es hacerle ver a tu niño que no hay diferencias de alimentación entre los más pequeños y los adultos de la casa. Por último, intenta ser creativa/o en la cocina respecto a la preparación de verduras y vegetales: prueba recetas nuevas y experimenta con las especias o con otros tipos de presentación.
Purés o smoothies
Esta es una de las presentaciones a las que muchos padres acaban recurriendo para que sus hijos coman las piezas de fruta y verduras recomendadas al día. Lo bueno de estas recetas es que pueden tomarse en cualquiera de las comidas diarias, bien en el desayuno o incluso como postre. Siendo esto último una gran ventaja, es importante prestar atención a la cantidad de fruta o verdura incluida en el puré pues, aunque estos alimentos son muy saludables, no se recomienda exceder la cantidad diaria recomendada.
Una receta para el desayuno ideal es preparar un smoothie variado y nutritivo como acompañamiento de, por ejemplo, unas tostadas. Para prepararlo tan solo necesitas un buen puñado de espinacas, plátano, fresas y un yogur desnatado sin azúcares añadidos o bien leche semidesnatada. Incorporas todo en la batidoras, endulzas con una pizca de stevia, y obtendrás un desayuno riquísimo.
Hamburguesas vegetales
Otro de los trucos perfectos para conseguir que tu hijo coma legumbres y verduras es preparar, de forma casera, hamburguesas vegetales. La idea de comerlas junto a las rodajas de tomate, la lechuga, la cebolla, el pan y demás que quieras añadirle, es que tu hijo ni se entere de que está comiendo alimentos que cree odiar.
Para preparar una de las hamburguesas vegetales más deliciosas, como son las de lentejas, tan solo necesitarás una taza de lentejas, dos dientes de ajo, media cebolla cortada, una zanahoria, comino, media taza de avena, un huevo, dos cucharadas de tomate triturado, sal y pimienta. Primero de todo, cuece tanto las lentejas como la zanahoria para que luego te sea más fácil machacar todo. Corta el ajo y la cebolla en trozos muy pequeños, bate el huevo junto con el tomate triturado, la sal, el comino y la pimienta y añade toda la mezcla en una trituradora junto a las lentejas, la zanahoria y la avena. Una vez veas una masa densa y homogénea, prepara la forma de las hamburguesas y hornéalas durante 20 minutos a 180º. Una vez estén horneadas, emplátalas y ¡a disfrutar de esta deliciosa receta!
Trampantojos (spaguettis de calabacín)
Este es otro de los trucos más utilizados y que mejor consiguen disfrazar cualquier verdura: el trampantojo, que consiste en una ilusión óptica o trampa visual con la que se engaña a alguien haciéndole creer que lo que está viendo es distinto a lo que en realidad es. Uno de los trampantojos más conocidos en el mundo de la cocina son los fideos de calabacín que pretenden emular a los spaguettis de pasta.
Para prepararlos, y si quieres evitar que tus hijos huyan del verde, pela los calabacines y cortalos en tiras emulando la forma de los spaguettis. Para emplatarlos y para que resulten atractivos a los más peques de la casa, prepara algún acompañamiento que los complemente y no los haga tan sosos, como tomate frito con carne o queso tipo crema con atún. Para cocinarlos tan solo necesitas pasarlos un poco por la sartén para que se vuelvan blandos y añadir la salsa que escojas. Mezcla todo bien en la sartén, añade la sal y especias al gusto y disfruta con tus niños de un delicioso plato, sano y lleno de nutrientes.