Fue en octubre de 1998 cuando Canal Cocina llevó a cabo su primer emisión en televisión y desde entonces no han dejado de sucederse distintos programas que se encargan de mostrar cómo preparar diferentes platos de la gastronomía internacional.
Ahora, y con motivo de su 20 aniversario que está a punto de llegar, el canal quiere enseñar cómo es todo detrás de las cámaras, y desde Bekia Cocina también hemos querido descubrirlo. En el extrarradio de Madrid se encuentra uno de sus platós donde se graban varios programas matinales, entre ellos 'Los 22 minutos de Julius', del chef Julius Bienert.
El equipo de Bekia Cocina ha tenido la oportunidad de ver en directo cómo se graba un programa que lleva más de diez años en antena y que con el paso del tiempo no ha parado de reinventarse para sorprender a los espectadores.
Canal cocina tras las cámaras
Antes de comenzar con la grabación, el cocinero se encarga junto a una redactora de repasar las recetas y los ingredientes que se necesitan, intentando ajustar todo al tiempo del que se dispone. Después se adquieren los ingredientes que se preparan en una cocina alejada del plató, es la llamada 'precocina'. Para la elaboración de tantos platos tan diferentes, el plató dispone de un almacén de instrumentos de cocina inmenso. Cacerolas, ollas, cucharones, moldes, platos... todo lo que se necesita tanto para la elaboración como para el emplatado, que es cuando la comida se luce más.
Se trata de una grabación muy especial porque es a tiempo real. Bienert, el cocinero televisivo, se encarga de hacer un menú completo -primero y segundo más un postre- en tan solo 22 minutos, ¡todo un reto! Tiene que tener todo controlado porque el tiempo juega en su contra.
Cada día, tanto él como el equipo que hay detrás, se proponen nuevas metas. Y lo mejor de todo es que es tal cuál se ve, porque si algo falla, todo comienza de nuevo. Puede faltar un ingrediente, un plato o molde, puede que se queme algo en la sartén... en casos así se recoge toda la cocina, el tiempo comienza de nuevo partiendo de esos 22 minutos y se vuelve a empezar a cocinar.
¡Muchísimas fotos!
Una vez finalizado el plato, se deja apartado a un lado para que la fotógrafa se lo lleve y le haga alrededor de 40 o 50 fotos, ¡que se dice pronto! Dichas fotografías más tarde se utilizarán para las redes sociales del canal de televisión, para elaborar recetas de las distintas publicaciones que se hacen en papel, como libros, o para otros fines. Se fotografían los distintos platos desde muchas perspectivas, con y sin atrezzo, es decir, simplemente el plato tal cuál se serviría en un restaurante, o rodeado de ingredientes que se han usado para su elaboración.
Uno de los grandes secretos es que ningún alimento se 'falsea', es decir, todo lo que aparece en las fotografías es real, salvo en platos en los que aparece helado. Como se corre el riesgo de que se deshaga, lo que se hace es usar crema de queso del color correspondiente. Es en este momento, cuando el proceso ya ha terminado, cuando las personas que trabajan en este proyecto pueden disfrutar de la comida que se prepara en plató.
Previsión en las grabaciones
Como sucede con muchos programas, este espacio no se graba día a día, sino que todo el equipo se reúne en momentos puntuales para grabar varios episodios seguidos, eso sí, en un 'falso directo'. Todo, todo se emite tal cuál queda el día de la grabación. Como se ha dicho anteriormente, si hay un fallo en la cocina, se vuelve a empezar y así las veces que haga falta, aunque por lo que general todo suele salir a la primera.
El famoso 'pinganillo' juega un papel bastante importante en la grabación, tanto es así que muchas veces estos chivatazos salvan al cocinero de volver a iniciar las recetas. A veces desde realización avisan de que le falta un plato, un ingrediente o un molde, por lo que alguien que tenga acceso a la cocina puede solucionarlo sin entrar en plano.
Tres cámaras y mucha acción
Para este programa en concreto son necesarias tres cámaras para ver el cocinado desde diferentes perspectivas. Además, incorporar tres planos otorga más dinamismo y consigue atraer por completo la atención del espectador. Como suele suceder en estos casos, se usa una cámara fija situada en un lugar privilegiado, en concreto en el techo de los decorados, para conseguir un plano cenital del plato, un plano que se grabe desde la parte superior de la comida.
Por otro lado, se utiliza un dolly en raíles para hacer un seguimiento del cocinero. El dolly es una especie de carrito donde el operario de cámara está montado para desplazarse de un lugar a otro a través de raíles y conseguir de esa manera planos más fluidos. Es ideal para conseguir travellings de seguimiento.
Por último, la otra cámara está situada encima de una grúa baja que también sigue los pasos del chef, aunque en este caso el plano es más detallado y se consiguen más movimientos de cámara.
Los gustos de Julius
Además de tener el placer de conocer el programa detrás de las cámaras, conocimos al chef responsable de ' Los 22 minutos de Julius ', quien nos ha descubierto cómo cocina así como cuáles son algunos de sus gustos culinarios.