Cuando de cocinar se trata, muchos de nosotros nos ponemos como locos a buscar recetas en cualquier libro recetario, internet etc, y en algunas ocasiones nos asaltan miles de dudas o bien porque no conocemos la técnica utilizada para cocinarla, o quizás porque no sabemos de qué ingredientes se tratan los que componen la receta. Teniendo en cuenta este aspecto, uno de los ingredientes que más dudas nos crean cuando vamos a cocinar es la harina de fuerza. ¿Qué es la harina de fuerza? ¿Es la misma que la harina normal? ¿En qué recetas se utiliza este tipo de harina? Pues bien, desde Bekia vamos a dar todas las claves para saber diferenciar la harina de fuerza de la harina normal.
¿Cuáles son las diferencias entre la harina de fuerza y la harina normal?
Lo primero de todo que tienes que saber es que el éxito de un plato perfecto está en los ingredientes, por lo que utilizar los ingredientes adecuados es lo que nos va a hacer triunfar o fracasar. Una vez dicho esto, si vamos a enfrentarnos a una receta en la que uno de los ingredientes es la harina de fuerza, hay que tener en cuenta que la harina normal, o la también denominada harina floja, no es recomendable para estos platos, ya que el resultado no será bueno.
La principal diferencia que existe entre la harina normal y la harina de fuerza es que la segunda contienen un nivel más elevado de gluten que la primera. Es por ello, que las personas que son intolerantes al gluten tienen que tener especial cuidado si van a tomar algún plato con este tipo de harina, ya que puede darle una reacción de intolerancia.
la harina de fuerza está hecha con un trigo duro de secano que absorbe mucho mejor los líquidos que la harina normal, por lo que nos facilitará mucho el trabajo en el momento del amasado. La harina de fuerza, al tener una mayor cantidad de gluten, se suele utilizar para realizar recetas más espesas, en las que haya que amasar, como por ejemplo para hacer pan, masas de pizza casera, donuts caseros, bizcochos... ya que con este tipo de harinas la levadura realiza su función de subir la masa muchos más rápido y con mayor facilidad que la denominada harina floja.
En el caso de que utilicemos harina normal para recetas en las que es recomendable la harina de fuerza, lo que tenemos que hacer emplear mucho más tiempo en el amasado, prolongándolo hasta casi 3 horas, y después dejarla bien reposar para que la levadura ligue bien con este tipo de harina.
Por otro lado, hay que tener bastante claro que la harina de fuerza no sirve para realizar recetas de repostería ya que en estos casos se utilizará una harina con cero fuerza ya que en la repostería queremos conseguir el efecto contrario, una masa suave y ligera.
En algunos casos podemos utilizar, si la receta lo requiere, una mezcla entre la harina floja y la harina de fuerza, estas son compatibles por lo que en algunas ocasiones el éxito de un plato reside en la mezcla de ambas, las cuales crearán un efecto de masa esponjosa. Por ejemplo, un momento idóneo para realizar una mezcla entre las dos harinas mencionadas es cuando queremos cocinar masas de hojaldre o croissants.
El roscón de reyes o el panettone son dos claros ejemplos en los que se utiliza la harina de fuerza para su elaboración, ya que en estos lo que buscamos es que la miga quede ligera y aireada. Esto solo es posible cuando utilizamos harina de fuerza porque es la que mejor casa con los ingredientes que vamos a utilizar.