Receta paso a paso
- Pela, lava y corta las patatas, el calabacín y las cebollas.
- Añádelo todo a una olla con un litro de agua caliente con sal y déjalo cocer a fuego medio durante 20 minutos con la olla tapada.
- Retira las verduras y ponlas en una batidora junto a la leche y el queso.
- Reserva el agua de la cocción.
- Bate todas las verduras y añade el agua de cocción que se desee.
- Emplata la crema y añádele el parmesano y la pimienta negra.
Receta completa
El calabacín es una de las hortalizas más consumidas en España. Su sabor suave y su versatilidad hacen que el calabacín sea una de las verduras preferidas de los niños, las cuales puedan añadirse en prácticamente cualquier plato para darle ese toque verde. Aunque por regla general se considera a esta hortaliza como una verdura de verano, cuando se acerca el invierno no hay nada mejor que hacer cremas con esta verdura, especialmente si después del verano se han cogido algún que otro kilo de más, ya que esta crema es muy baja en calorías e ideal para aquellos que han decidido ponerse a régimen.
Su versión tradicional tiene en torno a unas 300 calorías, pero si se le hace algún que otro cambio, esas calorías se pueden reducir a unas 97, lo que hace que, a parte de saciar a los más comilones, sea una opción ideal para tomar todos los nutrientes de esta verdura sin que le pase factura a nuestro peso.
Elaboración de la crema de calabacín
Lo primero que se tendrá que hacer es pelar los calabacines y las patatas. Una vez estén pelados, se lavaran y se cortaran en cubitos pequeños. Se corta la cebolla en rodajas y se echa todo en una olla con un litro de agua caliente con sal, dejando cocer las patatas, los calabacines y la cebolla a fuego medio durante 20 minutos con la olla tapada.
Una vez hayan pasado los 20 minutos, se retira el agua de cocción y se sacan las verduras. En una batidora se incorporan las verduras, la leche y el queso, y se bate hasta que se consiga una crema homogénea; luego se incorpora un poco del agua de cocción hasta que la crema adquiera el espesor deseado. Por último, se emplata la crema y se le añade unas láminas de parmesano y un poco de pimienta negra. Si se desea, se le puede añadir una rodaja fina de limón verde para darle un toque ácido a la crema, y ya estaría lista para degustar una ríquisima crema de calabacín baja en calorías.