Receta completa
Los que dicen no tener tiempo para cocinar, no tienen excusa como para no comer sano y equilibrado en cualquier época del año. En la actualidad conocemos multitud de recetas que se pueden realizar con rapidez, puesto que la mayoría de nosotros tenemos muchas tareas pendientes y la cocina no suele estar entre nuestras prioridades.
En verano, sobre todo, apetece platos fríos y que no impliquen mucho tiempo de preparación, ya que suele pasarse mucho calor en la cocina y delante de los fogones mientras se preparan platos más elaborados. Por eso, es normal que delicias como el gazpacho o el salmorejo sean los preferidos para aquellos que buscan un plato realizado con productos frescos, naturales y bajos en calorías.
Como estas opciones son cada vez más recurrentes, son muchos los que las han adaptado con otros ingredientes, como el gazpacho con fresa, por ejemplo, o el salmorejo con aguacate. Ambos deliciosos y nuevas maneras de disfrutar de platos tradiciones que nos aportan pocas calorías y grasas y que además de estar muy buenos son saciantes, por lo que no suele ser una mala opción para aquellos que se encuentran a dieta, siempre y cuando su nutricionista o médico cualificado se lo haya recomendado.
Muchas otras cremas son populares durante los meses de más calor, como por ejemplo la de melón u otras que pueden tomarse tanto en frío, templado o caliente como la vichisoise o el ajo blanco. Una opción más que te proponemos para realizar en casa durante poco tiempo y de fácil elaboración es la crema de tomate. El tomate es un fruto de muchas cualidades, de gran sabor y que puede complementar muchos platos en salsas o entero, como en las ensaladas.
Cómo preparar una crema de tomate
Calentaremos una sartén antiadherente con un chorrito de aceite de oliva virgen extra que extenderemos bien por toda su superficie y lo mantendremos a fuego lento. Pelaremos la cebolla y la cortaremos a cuadraditos para añadirla junto al ajo pelado y cortado a trozos pequeños en la sartén para que vayan dorándose y queden jugosos. El hecho de que el fuego esté a baja temperatura ayudará a que no se quemen por fuera con rapidez y se vayan cociendo despacito, hasta quedar casi pochados.
Mientras tanto podemos pelar y cortar los tomates. En el caso de que consideres que es mucho trabajo puedes comprar los tomates pelados en lata, pero deberás asegurarte de que los ingredientes del recipiente sean solamente tomates naturales, sin azúcares ni otros añadidos. En ese caso deberás vaciar el contenido de las latas en la sartén, junto a la cebolla y el ajo, una vez estén bien cocinados. Si los tomates son naturales deberás realizar el mismo proceso.
Mientras se cocina todo a fuego lento, añade una pizca de sal y de pimienta, junto a una cucharadita de azúcar blanco para asegurarte de que los tomates no dejen un sabor demasiado amargo. Una vez hayan empezado a deshacerse y quedar como una crema, asegúrate de probarla, con cuidado de no quemarte, y de decidir si es necesario añadir otra cucharadita de azúcar blanco, con tal de eliminar esta acidez.
Remueve constantemente el contenido de la sartén para que no se queme ni se pegue la crema de tomate y una vez estos estén completamente deshechos, apártala del fuego y déjala enfriar. En el caso de que no quieras grumos puedes colar la crema o pasarla por la batidora. De lo contrario puedes servirla en los platos y añadir un chorrito de queso fresco batido o mozzarella por encima, además de una hoja de albahaca en cada plato para terminar de decorar este delicioso manjar.