Receta paso a paso
- Comienza a preparar la masa juntando los ingredientes secos. En un recipiente amplio pon los 250 gramos de harina de garbanzo, una pizca de sal y pimienta negra molida al gusto.
- Calienta los 650 mililitros de agua hasta que esté templada y ve añadiéndola poco a poco a los ingredientes secos, batiendo continuamente con unas varillas eléctricas.
- Añade 2 cucharadas de aceite de oliva y vuelve a batir hasta tener una masa perfectamente homogénea y sin grumos.
- Deja reposar la masa durante 15 minutos. Mientras tanto, pon a calentar el horno a 180ºC y unta el molde en el que vayas a hacer la farinata con un poco de aceite.
- Mete el molde en el horno durante 10 minutos para que se caliente. Luego sácalo y vierte la masa en él.
- Hornea la farinata durante 20 minutos, hasta que haya adquirido una tonalidad dorada.
- Pasado ese tiempo, pon un poco de mozzarella fresca y tomate por encima de la farinata y vuelve a hornearla durante otros 10 minutos.
- Sirve caliente y acompañada de un trozo de pizza.
Receta completa
La farinata, también conocida como fainá, es un plato tradicional italiano que se prepara con harina de garbanzo, agua y aceite de oliva. Su origen se encuentra en la ciudad de Génova, pero también es muy típico encontrarla en las regiones de Pisa y de la Toscana. La farinata es una especie de torta que suele acompañarse de un trozo de pizza, por lo que tampoco es extraño añadirle otros ingredientes como mozzarella, orégano o tomate. Debido a la inmigración de la población italiana hacia América durante el siglo XX, la receta de la farinata también ha llegado hasta Latinoamérica, especialmente a Argentina y Uruguay. Su preparación es de lo más sencilla, teniendo tan solo que elaborar una masa que luego se mete en el horno. Si quieres preparar tu propia versión en casa tan solo tienes que seguir estos sencillos pasos, el resultado será una farinata deliciosa con la que sentirás que te has teletransportado a Génova.
Elaboración
Para empezar a preparar esta farinata casera lo primero que hay que hacer es mezclar los elementos secos. En un recipiente amplio pon los 250 gramos de harina de garbanzo junto con una pizca de sal y pimienta negra molida al gusto. Remueve para que se integren y, a continuación, agrega poco a poco los 650 mililitros. El agua es mejor que esté un poco templada y mientras la echas a la harina tendrás que batir con unas varillas eléctricas para que poco a poco se vaya integrado. A continuación, añade también 2 cucharadas de aceite de oliva al resto de los ingredientes y bate hasta que consigas una masa homogénea y sin ningún grumo.
Deja que la masa repose a temperatura ambiente y dentro del bol durante 15 minutos, tiempo que puedes aprovechar para ir encendiendo al horno a 180ºC. Engrasa el molde que vayas a utilizar para hornear la farinata con un poco de aceite de oliva. Lo preferible es que éste sea redondo, más o menos del diámetro de una pizza. Mete el molde en el horno para que se caliente durante unos 8-10 minutos y luego sácalo para verter en él la masa. Luego mete la farinata en el horno durante 20 minutos, hasta que haya adquirido un tono dorado. En el caso de que no vayas a servirla junto a un trozo de pizza, lo que puedes es añadir algo de mozzarella, orégano o tomate a la propia farinata, metiéndola otros 10 minutos en el horno cuando le hayas puesto los ingredientes elegidos. Cuando esté hecha, córtala en porciones y sírvesela a tus invitados.