Receta completa
Las gachas fueron un plato muy popular por las generaciones anteriores a las nuestras, sobre todo las de los abuelos actuales, ya que era una receta elaborada, con alimentos frescos y muy saciantes. Por eso, era muy común consumir las famosas gachas en invierno o durante el almuerzo o la comida, porque permitían a quien las comiese sentirse lleno durante más tiempo a lo largo del día y hasta la hora de la cena, por ejemplo.
Aunque en la actualidad se suelen conocer más las gachas de avena, sobre todo para el desayuno de aquellos amantes del deporte o de la vida sana, las gachas manchegas tienen una preparación más elaboradas y son más recomendables para la hora de la comida, ya que son una fuente de proteína y grasas saludables que te ayudarán a llenar el estómago durante más tiempo, a la vez que podrás disfrutar de su intenso y delicioso sabor.
Cómo preparar las gachas manchegas
Para empezar, se debe cortar la carne de cerdo, la panceta, a dados, es decir, trozos grandes y cuadrados. Este tipo de carne tiene bastante grasa, pero no debe retirarse, puesto que será la que le dará un sabor más intenso a la receta. Así pues, se preparará una sartén con un dedo de aceite de oliva virgen extra y se pondrá a fuego medio. Una vez el aceite esté bien caliente se podrán ir añadiendo los trozos de panceta que deberán ir dorándose por todos los lados por igual, por lo que deberán ir girándose constantemente si no se quiere que se puedan llegar a quemar.
Una vez la carne esté crujiente por fuera y melosa por dentro podrá retirarse del fuego. Coloca un papel de cocina encima del plato o superficie donde vayas a dejar los trozos de panceta para que pueda absorber el exceso de aceite que hayan podido acumular mientras se freían.
En la misma sartén, retira un poco del aceite que has utilizado para freír la panceta y el chorizo y deja solamente una pizca del mismo en ella. Deja que se caliente un poco y añade la harina con un poco de agua. Ves incrementando la cantidad de agua en la sartén con tal de quedarte con una masa espesa, controlando que no quede demasiado líquida ni demasiado compacta, como si fuese una papilla de bebé. Una vez consigas la textura deseada, añade el pimentón, la sal y la guindilla y remuévela bien para que queden todos los ingredientes bien integrados en la mezcla. A continuación añade el chorizo y la panceta para terminar de integrar bien todos los ingredientes y continúa removiendo la mezcla con el fuego muy bajo.
Consejos de preparación
- Hemos hecho una propuesta con calabaza y cebolla, pero el relleno, aparte de la calabaza, puede elegirse otro ingrediente, como por ejemplo beicon, carne picada, o cualquier otra cosa. En España hay platos tradicionales en los que se mezcla la calabaza con el beicon y ciertamente es una buena combinación, así que es otra idea para repetir este sencillo plato.
- En nuestra propuesta hemos utilizado el horno, pero puedes cocinar la calabaza con el microondassi lo prefieres. Lo importante es que no esté frita ni hervida porque para la masa es necesario que esté seca para trabajarla.
- Si piensas que el aceite de oliva virgen extra tiene un sabor demasiado fuerte, puedes cambiarlo por aceite de girasol, por ejemplo. Otra opción es cocinar la cebolla con mantequilla, aunque el resultado será algo más calórico.
- Si eres vegetariano o vegano, esta receta es ideal porque puedes sustituir la carnepor otro ingrediente vegetal, eliminando el huevo también del rebozado.
- A la hora de servir, puedes acompañar tu plato con alguna salsa oriental, con ketchup, para mojar tus croquetas como si fueran nuggets de pollo, por ejemplo, o con el acompañamiento que más te apetezca para completar una comida o cena. Lo que no hay duda es que estas croquetas solas están deliciosaspor sí mismas, no necesitan nada más.