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Pan de miel

Pan de miel
Lucía Mejuto de Villar
Publicado el 26 Octubre 2018
Aprende a preparar este delicioso pan de miel con esta sencilla receta y seguro que sorprenderás a tus invitados con su corteza crujiente y su miga esponjosa y suave. Es ideal para preparar unas ricas tostadas con mantequilla y mermelada.

Ingredientes para Menos 1 Más pan

  • 500 gramos de harina especial para hacer pan
  • 150 mililitros de leche semidesnatada
  • 150 mililitros de agua
  • 12 gramos de levadura fresca
  • 3 cucharadas de miel
  • 2 cucharadas de aceite de girasol
  • 2 cucharadas de sal

Receta paso a paso

  1. Mezcla la harina y la sal en un bol y resérvala.
  2. Calienta un poco la leche y disuelve en ella la levadura fresca.
  3. Junta la leche con la levadura en el bol de la harina y añade el agua, el aceite y la miel.
  4. Mezcla todos los ingredientes hasta lograr una masa homogénea y flexible.
  5. Tapa el bol con la masa con un papel film y un trapo de cocina limpio y déjala reposar durante 2 horas.
  6. Saca la masa del bol y estírala en una superficie cubierta con aceite y harina.
  7. Cuando tengas una masa de aproximadamente un dedo de grosor, dobla un lado hacia el centro y repite con el lado contrario.
  8. Empieza a enrollar la masa desde arriba hacia abajo, hasta que quede completamente cerrada.
  9. Unta un molde rectangular con aceite y mete la masa en él, dejándola reposar cubierta por papel film y un trapo durante otra hora.
  10. Pon a precalentar el horno a 220º.
  11. Pinta la parte superior del pan con un poco de leche y hazle unos cortes oblicuos.
  12. Baja la temperatura del horno a 200º y mete el pan durante 25-30 minutos, hasta que esté perfectamente cocido.
  13. Saca el pan de horno y déjalo enfriar encima de una rejilla.

Receta completa

Poco a poco el frío empieza a llegar, ¿y a quién no le apetece una buena taza de chocolate caliente a media tarde? Con la receta que te traemos hoy aprenderás a hacer un delicioso pan de miel que es ideal para acompañar a ese cacao caliente. Este pan también es perfecto para preparase unas ricas tostadas con mantequilla o mermelada o simplemente como un snack, ya que por sí solo también está delicioso.

Cuando mejor está este pan es durante las primeras horas, ya que la corteza se queda crujiente. También puedes meterlo cortado en rebanadas en una bolsa de plástico, como si fuera un pan de molde normal, donde se mantendrá blando durante unos días. Luego tan sólo tendrás que calentarlo en la tostadora y disfrutar de su miga esponjosa y tierna con ese punto dulce que le da la miel. No lo dudes, porque preparar este riquísimo pan es muy sencillo y hará de tus desayunos y meriendas un auténtico placer.

Elaboración

El primer paso será juntar en un bol los 500 gramos de harina y una pequeña cucharada de sal y reservamos. A continuación, calienta un poco los 150 mililitros de leche. Puedes hacerlo en el microondas o en una cazuela al fuego, pero ten cuidado de que ésta no llegue a hervir. Y es que tan sólo tienes que calentarla hasta que ésta esté templada y puedas deshacer en ella los 12 gramos de levadura fresca. Cuando ya hayas disuelto por completo la levadura en la leche, añade el líquido a la harina que habíamos dejado preparada. Añade también los 150 mililitros de agua, las 2 cucharadas de aceite de girasol y las 3 cucharadas de miel. La receta tradicional indica que las cucharadas de miel deben ser grandes y estar colmadas, aunque eso depende del gusto de cada uno. Si, por ejemplo, prefieres que tu pan esté menos dulce puedes echar 2 cucharadas en vez de 3.

El pan de miel es perfecto para preparar un rico desayuno o una merienda idealEl pan de miel es perfecto para preparar un rico desayuno o una merienda ideal

Una vez hayas mezclado todos los ingredientes en el bol, es el momento de mezclar todo y empezar a amasar. Lo mejor es que lo hagas con tus propias manos, porque si lo haces con una batidora llegará un punto en el que la masa esté tan espesa que no puedas seguir batiendo. El resultado será una masa un tanto pegajosa, pero que se puede trabajar y moldear perfectamente. Un truco para que la pasta no se te pegue a las manos mientras la amasas es untarte las manos con un poco de aceite. Cuando veas que todos los ingredientes se han integrado perfectamente y has conseguido una masa homogénea y con una buena textura, tendrás que dejarla reposar en el bol durante 2 horas. Tapa éste con un trozo de papel film y un trapo de cocina limpio y deja la masa descansar hasta que haya pasado el tiempo indicado.

Una vez hayan transcurrido un par de horas, podrás comprobar que tu masa ha crecido y triplicado su volumen. Ahora llega el momento de estirarla y dar forma a tu pan. Lo mejor es hacerla sobre una superficie lisa y estable, que previamente tendrás que untar con un poco de aceite y harina para que la masa no se quede pegada. Otra opción es hacerlo sobre un trozo de papel de hornear, aunque el papel se moverá y será un poco más difícil. El primer paso será estirar la masa con las manos o con un rodillo, creando una forma ovalada de aproximadamente un dedo de grosor. Luego, coge uno de los lados y dóblalo hacia el centro, repitiendo la operación con el lado contrario. El último paso será empezar a enrollar la masa desde arriba hacia abajo, de forma que ésta quede completamente sellada. Si quieres un pan de miel más gordito, puedes hacer el rollito un poco más compacto empujando los extremos hacia adentro una vez hayas cerrado la masa. En cambio, si lo prefieres un poco más largo, tendrás que estirar a lo ancho mientras enrollas la masa.

A continuación, coge un molde de forma rectangular y alargado. Para evitar que el pan se pegue y se rompa cuando trates de sacarlo, ponle un trozo de papel de horno o engrásalo con un poco de aceite. Si te decides por esta última opción, el pan quedará más crujiente por los lados. Además, ten en cuenta que el pan va a crecer durante el horneado, por lo que el molde que utilices va a tener que ser alto. Cuando coloques la masa dentro, asegúrate de que el cierre de la masa queda hacia abajo. Una vez tengas la masa dentro del molde, tendrás que volver a dejarla reposar en un lugar templado y tapándola con papel film y un trapo. Déjalo así durante 1 hora, hasta que la masa crezca un poco.

Antes de meter tu masa en el horno tienes que enrollarla desde arriba hacia abajoAntes de meter tu masa en el horno tienes que enrollarla desde arriba hacia abajo

Cuando haya pasado el tiempo, pon el horno a precalentar a 220º. Mientras tanto, pinta la corteza superior del pan de miel con un poco de leche y haz unos cortes oblicuos con la ayuda de un cuchillo fino y que esté bien afilado. A continuación, baja la temperatura del horno a 200º y mete la masa durante 25-30 minutos. Un truco para que la corteza del pan salga más crujiente es poner un vaso lleno de agua en una bandeja colocada en la parte más baja del horno, que deberemos sacar en los últimos 10 minutos del horneado. Si ves que el pan de miel empieza a tostarse demasiado pronto, tápalo con un poco de papel de aluminio para evitar que se queme. Una vez haya transcurrido el tiempo, abre un poco la puerta del horno y pínchalo con la punta de un cuchillo. Si ésta sale limpia es que el pan ya está, pero si sale con masa pegada tendrás que dejar que se hornee unos minutos más y volver a repetir la operación hasta que la masa esté perfectamente cocida. Luego, sácala del horno y deja que el pan se enfríe sobre la rejilla caliente. Cuando se haya templado, ya tendrás tu pan de miel listo para servirlo... ¡te chuparás los dedos!

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