Receta completa
Ya sea para desayunar como para acompañar alguna merienda dulce o salada, los bollos de leche siempre han sido una opción muy socorrida en cualquier hogar. Si bien hay alternativas más o menos sanas, el pan de leche cuenta con una receta muy fácil de hacer si se quiere llevar a cabo en casa y, además, admite todo tipo de variedades. Una de las alternativas más pedidas en la receta de este típico pan es poder hacerlo con un porcentaje bajo o nulo de lactosa. Puesto que la leche forma parte, casi de forma insustituible, de su proceso de elaboración, este alimento puede resultar un quebradero de cabeza para todas aquellas personas intolerantes a la lactosa.
Elaboración:
El primer paso será juntar, bien en una panificadora o en cualquier otro aparato apto para amasar, la leche, que ha de estar a temperatura ambiente, y la levadura. Antes de añadir cualquier otro ingrediente, asegúrate de que ambos estén bien integrados y que no haya grumos en la mezcla restante.
Una vez tengas un líquido homogéneo, bate en un plato aparte tres huevos y añádele los 30 gr de miel. Integra todo bien y añádelo a la mezcla inicial. Seguidamente añade una cucharilla de sal, de aproximadamente 10 gramos, y vuelca también la harina de fuerza previamente tamizada. Lo ideal será que vayas añadiendo la harina poco a poco, para controlar que en la mezcla no se formen grumos demasiado grandes y te sea más fácil el proceso de integrado.
La masa final ha de estar elástica y manejable, además de que tendrá que despegarse de los dedos con facilidad. Si has logrado conseguir este resultado, mueve la masa hasta un recipiente y tápala con un paño de cocina para que aumente. Déjala a temperatura ambiente durante una hora aproximadamente.
Una vez la masa ya haya aumentado, amásala un poco sobre una tabla previamente embadurnada con un poco de harina y córtala en pequeños trozos. Aplasta cada uno de ellos para comprobar que no tengan grumos y amásalos hacia dentro hasta formar la forma de un bollito de pan. Coloca cada uno de los panecillos en una bandeja de horno y realízale, a cada uno, unos pequeños cortes sobre la parte superior.
Con calor arriba y abajo, hornéalos durante 15 minutos aproximadamente a una temperatura de 180º. Vigila de todas formas cada poco para ver cómo se están horneando. Cuando consideres que ya estén, saca la bandeja del horno, deja que enfríen, ¡y a disfrutar de este delicioso pan de leche!