Receta completa
Hay recetas que forman parte de nuestra vida. Algunas las realizamos de manera automática y regular durante nuestro día a día y otras son aquellas que nos traen los mejores recuerdos, ya porque alguno de nuestros familiares la realizaba con cariño y esmero para nosotros o porque acudíamos a cierto restaurante para deleitarnos con este plato en concreto en ciertas ocasiones.
Sin embargo, hay otros alimentos que consumimos también regularmente pero que quizás solemos comprar siempre preparados. La mayoría de ellos pueden cocinarse también en casa, con lo que nos evitaríamos el consumo de los conservantes y otros alimentos que se le añaden a este plato en concreto con tal de mantenerlo fresco durante más tiempo al comprarlo procesado. Quizás debamos invertir unos minutos más en su realización, pero nuestra salud nos lo agradecerá con el tiempo, además de que el sabor seguramente sea mucho más intenso si cocinas estos alimentos en casa a tu gusto. Los pepinillos en vinagre pueden ser un acompañante perfecto para casi todas las comidas y te puede servir también como tentempié entre horas, en el caso de que tengas hambre. Al tener muy pocas calorías y ser casi todo agua, esta receta realizada simplemente con el pepinillo como alimento principal tendrá un intenso sabor y muy pocas calorías, por lo que es probable que tu nutricionista o médico especializado te permita comerlo de manera habitual.
La elaboración de los pepinillos en vinagre es sencilla y, una vez hayas aprendido a prepararlos tú mismo, es posible que no quieras volver a comprarlos en bote, ya que podrás ajustar su sabor a tus gustos y cocinar las cantidades que consideres adecuadas, con tal de no tener el bote en la nevera durante mucho tiempo, si no tienes que volverlos a comer o no quieres picar entre horas.
Elaboración de pepinillos en vinagre
Lo primero que debemos hacer es limpiar bien los pepinillos pequeños o mini. Asegúrate de hacerlo uno a uno, con tal de que no queden restos de tierra y estén completamente limpios. Los comerás con piel, por lo que lo mejor es que los limpies a conciencia antes de conservarlos, ya que la suciedad se mantendría con el líquido en el que se encuentran durante todo el tiempo.
Limpia también bien el bote de cristal con tapa hermética y asegúrate de que no ha guardado olores de la comida que podría haber albergado anteriormente. De lo contrario, los pepinillos podrían coger el olor e incluso el sabor de los alimentos que se encontraban en el recipiente con anterioridad, haciendo que tu receta no tenga el sabor que deseabas. El bote no debe ser demasiado grande, ya que para que los pepinillos absorban bien todos los ingredientes que le vas a añadir en el recipiente deben estar bastante apretados. Una vez tengas los pepinillos y el bote de cristal limpio y seco puedes proceder a pelar el diente de ajo y a partirlo en dos o tres partes. Los trozos no tienen que ser demasiado pequeños, ya que normalmente están ahí simplemente para dar sabor y pueden o no comerse cuando se hayan consumido los pepinillos en vinagre. Deja el ajo cortado a un lado y coloca en el bote de cristal la cucharada de postre de sal y las cucharaditas de café de azúcar y de eneldo.
A continuación añade los pepinillos verticalmente lo más apretados posible. Intenta que no te quede ningún hueco vacío e intercala algunos en horizontal si quieres maximizar el espacio. Que no te preocupe si están muy apretados, porque el sabor de la mezcla llegará bien a todos y cada uno de ellos. Después añade la mitad de agua, con las cantidades indicadas si caben en el bote escogido, y la otra mitad de vinagre de vino blanco. Coloca la tapa hermética y sacude bien el bote para que toda la mezcla llegue bien a todos los pepinillos que se encuentran dentro.
Conserva el bote en la nevera e intenta ir sacudiéndolo al menos dos veces al día durante unos diez días y antes de su consumo para repartir bien el sabor de la mezcla. Pasados estos diez días ya podrás disfrutarlos como desees. Además, mientras más veces realices esta receta, mejor podrás encontrar el sabor que más te guste, cambiando el eneldo por el tomillo, añadiendo más vinagre o agua dependiendo de si te gustan más o menos avinagrados, o añadiendo otros alimentos al bote como podrían serlo las cebollas pequeñas o la zanahoria.