Receta completa
Las sardinas son un tipo de pescado azul, rico en omega 3, y con muy bajas calorÃas, por lo que es un ingrediente ideal para aquellos que quieran cuidar de su salud, de su dieta en el caso de que quieran mantener o perder peso, o bien quieran tener una alimentación sana y equilibrada en todo momento. Además, son deliciosas, por lo que se podrán disfrutar en cualquier instante del dÃa, ya bien sea en el desayuno, en la comida o en la cena, siendo estas cocinadas al horno, a la plancha o bien en lata, tanto en agua, en aceite o en escabeche.
Existen multitud de maneras de cocinar las sardinas frescas. Una de las más deliciosas suele ser a la parrilla, en un fuego natural. Sin embargo, no todos tenemos la posibilidad de poder cocinarlas al aire libre y en casa, con esta técnica, generarÃamos una gran cantidad de humo y el olor a sardinas quedarÃa también presente en el hogar durante varios dÃas, asà como la humareda que podrÃa producirse y el peligro de cocinar de este modo en un espacio cerrado.
Las sardinas frescas también quedan deliciosas si se cocinan a la plancha, quizás con un poquito de ajo picado y perejil, pero de nuevo su intenso sabor quedarÃa presente en la casa durante varias horas, incluso dÃas. Por mucho que se tenga un buen extractor y el hogar tenga buena ventilación, las sardinas a la plancha desprenden un fuerte olor que podrÃas evitar cocinándolas de otra manera, cuya receta también las hace muy ricas, que es al horno. Evitarás asà los fuertes olores, probablemente utilices menos aceite y podrás probar una nueva receta para disfrutar de tus sardinas frescas.
Elaboración de las sardinas al horno
Lo primero que deberemos hacer, si no nos lo han hecho en la pescaderÃa, será limpiar las sardinas por el interior, una a una. Es importante que las vaciemos por dentro antes de cocinarlas y de servirlas, porque hay quienes se las comen enteras, quizás con las manos, dejando solamente la espina. Si no las vaciamos es posible que puedan comerse el interior de las mismas, lo que proporciona un sabor amargo e impide disfrutar del pescado. Por lo tanto, deberemos siempre vaciarlas y limpiarlas bien con un poco de agua, de manera que podamos eliminar cualquier resto acumulado que pueda terminar por darles un sabor amargo tras cocinarlas.
Una vez estén todas las sardinas limpias, las colocaremos en un plato con un papel de cocina encima para que se sequen bien y calentaremos el horno en opción ventilador, para que llegue bien el aire caliente a todos los rincones del mismo y a todas las sardinas por igual, a unos 180 grados. Cada horno es distinto, por lo que quizás debas cocinar este delicioso plato en más de una ocasión con tal de encontrar cuál es la temperatura óptima para que te queden las sardinas a la perfección.
En una bandeja especial para el horno iremos colocando las patatas que habremos pelado y cortado a rodajas finitas. Mientras más finas las cortes más crujientes te quedarán, por lo que si son gruesas quedarán más blandas si están bien cocinadas y no tanto como patatas fritas, por lo que depende de cómo te gusten más. Puedes poner el medio limón cortado a rodajas entre las patatas o bien guardarlo para después, una vez estén cocinadas junto a las sardinas, para echarle el zumo del mismo exprimido por encima.
Coloca las sardinas intercaladas, aunque quede un poco por encima, de las patatas de manera que haya cierto espacio entre las mismas para que puedan cocinarse todas por igual. Pon un chorrito de aceite de oliva encima de todos los ingredientes que acabas de colocar en la bandeja del horno y esparce por igual una pizca de sal. Coloca la bandeja al horno y deja que se cocine durante unos 20 minutos. Como cada horno es distinto deberás ir controlando que las patatas se vayan cociendo y que el pescado no se queme.
Una vez esté todo cocinado, retira la bandeja del horno y déjala enfriar durante algunos segundos. Sirve las sardinas en una fuente o en los platos texto enlace[i]mientras todavÃa estén calientes[/i], con las patatas y el limón a un lado, porque tus sardinas al horno ya están listas para consumir y disfrutar. Puedes servirlas con un poco de pan con tomate y aceite o una ensalada, una parrillada de verdura al horno, un cuscús o un tabulé para terminar de completar la comida.