Ingredientes para Menos 4 Más personas
- 95 gramos de cacao amargo en polvo
- 150 gramos de chocolate negro
- 300 gramos de azúcar en polvo
- 4 mandarinas
- 2 claras de huevo
Receta completa
A todo el mundo le gustan los helados y sorbetes, y más aún si son de chocolate. No obstante, la mayoría suele prescindir de ellos por la cantidad de calorías que poseen al llevar entre sus ingredientes no solo una gran cantidad de azúcar sino también nata o leche. De esta forma, no podrás dejar escapar la oportunidad de aprender a elaborar un sorbete de cacao amargo a base de zumo de mandarina y chocolate negro.Es una receta muy rápida y sencilla que prepararás en apenas quince minutos. Es perfecta no solo para los calurosos días de verano sino también para invierno. Esto se debe a que no se trata del típico sorbete afrutado sino a una mezcla de sabores perfecta para cualquier estación del año. En esta receta, al sabor de la mandarina se le suma el toque dulce y a la vez amargo del cacao y el chocolate negro, toda una explosión de sabor que no dejará indiferente a nadie.
El sorbete de cacao amargo es una opción perfecta como postre en una reunión con amigos o familiares y sobre todo en una cena romántica en la que quieras sorprender a tu pareja con un plato casero. Sin embargo, también puedes prepararlo en mayor cantidad para disponer de él en el congelador y poder degustarlo cada vez que necesites escapar un poco de la rutina.
Elaboración
Para empezar, pela las mandarinas y exprímelas hasta obtener aproximadamente unos 600 mililitros de zumo de mandarina. Antes de deshacerte de la piel de la fruta, ralla la parte coloreada de la corteza de manera que quede bien fina y resérvala. A continuación, en una cazuela vierte el zumo obtenido, añade los 300 gramos de azúcar en polvo y ponlo a calentar a fuego lento.
Mientras se calienta la mezcla durante unos minutos, ralla el chocolate negro y reserva. Añade el cacao amargo a la cazuela y espera a que la mezcla empiece a hervir. Una vez alcanzado el punto de ebullición añade el chocolate rallado y fúndelo hasta que obtengas una textura homogénea. Deja que se enfríe y vierte la mezcla en un recipiente que pueda entrar en tu congelador. Congélalo durante aproximadamente dos horas y cuando veas que empieza a cristalizar sácalo del congelador y añade dos claras montadas. Esto le dará el toque de textura aterciopelada tan típico de los sorbetes.
Por último, mezcla todo bien con la ayuda de unas varillas y añade la corteza de la mandarina que rallaste anteriormente para que los matices del sorbete aumenten. Después, vuelve a introducir la mezcla en el congelador y mantenlo ahí hasta que te dispongas a servirlo. Para servir, repártelo en copas o tazas grandes y decóralo con unas virutas de mandarina o de chocolate negro.