Receta completa
El tomate es sin duda uno de los ingredientes estrella de la cocina mediterránea. A pesar del debate generado durante años, y que todavía persiste, parece que se trata de una fruta y no de una verdura, tal y como tradicionalmente se había pensado. Sea como fuere, si hay algo que es indiscutible son las múltiples y beneficiosas propiedades que caracterizan al tomate. Para empezar, es un fruto muy rico en vitamina A y C, así como se ha convertido en el aliado perfecto para combatir los problemas de circulación, gracias a su alto índice en hierro.
Ahora bien, si hay una ventaja que hace del tomate el alimento perfecto es su elevado índice de agua, concretamente un 94%. Por este motivo, el tomate es un alimento muy recomendado no solo como snack para el día a día, sino también para aquellas dietas dirigidas a la pérdida de peso. De manera que, vistas sus óptimas consecuencias para nuestra salud, ¿por qué no incorporarlo más a menudo a nuestro menú? La respuesta a esta pregunta parece ser la falta de ideas sobre cómo consumirlo, bien sea porque hay personas a quienes no les gusta crudo o simplemente por aburrimiento.
Elaboración
Hay muchas formas de hacer tomates asados y todas ellas ofrecen resultados espectaculares. Sin embargo, en esta receta vamos a utilizar una serie de ingredientes con los que no solo conseguirás potenciar el sabor de este fruto, sino que además te trasladarás hasta la mismísima Italia gracias a la mezcla de dichos ingredientes.
En primer lugar, debes lavar bien los tomates y cortarlos por la mitad en vertical. Una vez que los tengas ya cortados, lo siguiente es quitar las pepitas con mucho cuidado y colocarlos en una bandeja o cualquier otro recipiente que pueda utilizarse en el horno. Cuando ya estén colocados, salpiméntalos.
El siguiente paso es pelar y cortar los ajos en láminas, así como picar unas hojas de albahaca fresca que deberás lavar previamente. Una vez que tengas todos los ingredientes cortados, échalos por encima de los tomates asegurándote de que cada uno tenga suficiente cantidad de ajo y albahaca.
En este punto, lo único que queda es echar el aceite de oliva por toda la bandeja de forma que todos los tomates queden rociados antes de meterlos al horno. De manera que, a continuación introdúcelos en el horno precalentado y déjalos asar durante 40 minutos a unos 180ºC, aunque siempre sin perderlos de vista para que no se quemen y acaben deshidratándose. Pasado este tiempo, sírvelos inmediatamente y disfruta de unos deliciosos tomates asados.