Receta completa
La tortilla de patatas es uno de los platos estrella de la gastronomía española, aunque con el paso de los años la receta original ha ido adoptando nuevos matices, incorporando sabores a la mezcla tradicional, como sobrasada, queso o en este caso salsa de trufa. Si tienes dudas a la hora de hacer esta elaboración en lo que se refiere a la salsa, no te preocupes, porque no debes elaborarla si no quieres, ya que en numerosos supermercados está a la venta con un precio más que asequible.
Elaboración
Lo primero que tienes que hacer es pelar ocho patatas medianas, y partirlas en rodajas muy finas, casi transparentes, para que se hagan rápido y queden blanditas. Si te gusta con cebolla, en ese caso debes pelar y trocear una cebolla grande en trozos finos. Mezcla los dos ingredientes en un bol con un poco de sal y fríe en abundante aceite muy caliente. Mueve de vez en cuando para que nada se queme o para que la patata no se pegue en el fondo de la sartén.
Si quieres, y con ayuda de una cuchara de madera, ve aplastando o rompiendo los trozos de patata que notes más blanditos, para que se vaya haciendo una especie de masa. Cuando tanto la patata como la cebolla estén adquiriendo un color dorado, saca del aceite escurriéndolo al máximo.
Mientras dejas las patatas escurrir en un colador o escurridera, bate entre 6 o 7 huevos, si lo haces con muchos quedará mucho más jugosa, aunque eso dependerá de lo cuajada que te guste. Mezcla la patata blandita, la cebolla y los huevos, y añade una cucharadita de sal de trufa. Si lo que deseas es dar matices a la elaboración, con eso será suficiente, pero si lo que quiere es que aporte mucho sabor, entonces puedes añadir una cucharada grande. Este ingrediente dará a tu elaboración un toque muy especial que cada vez es una moda más extendida. La salsa de trufa no es especialmente barata, pero si es un sabor que te atrae, te darás cuenta que comprar un pequeño bote conseguirá hacer que algunos de tus platos sean mucho más ricos. Después de cuajar la tortilla en poco aceite por ambos lados, déjala reposar un poco y sirve como más te guste, tanto caliente como templada o fría, es un plato muy versátil que está bueno de cualquier forma.
